Otro calor de hoguera en pleno invierno..

Un abrazo y un "te quiero mucho" es un sentimiento valioso para el alma, pero, reconozco que es una frase que comparto con algunas personas importantes en mi vida, mis hijos, ambos, con abrazo y "franelita" en la espalda, que es como una caricia en forma de masajito, con fuerza de amor, mi nuera, que lo digo en otro idioma, y alguna vez, una cada mucho tiempo, en persona, o de vez en vez por teléfono... con mis amigas queridas.
Pero un "te amo", lleva consigo otro tono de voz, otro impulso desde lo mas profundo del corazón, otro calor de hoguera encendida en pleno invierno... van en esas palabras, toda la esencia de mis células, el sonido del latir ruidoso del corazón, para mis oídos, la prolongación de mis brazos, hacia el infinito donde se encuentra el motivo de mis sentimientos, la oscuridad de mis ojos cerrados, la perseverancia de mis pensamientos, que son constantes y al mismo ritmo y el dolor de cada lágrima, que brota sin esfuerzo, sin medida y cada segundo que se los permito...


Decir "te amo", es como estirar la vida y proponer que sea mutuo, que en ese abrazo al vacío, vaya mi cadencia y mi suplica, y que sea posible que lo escuche sin distraerse, y responda en el mismo pentagrama, con las mismas notas, con ese ritmo y cadencia; que se produzca un ida y vuelta, como un baile, con música de vida y de sinceridad exquisita... como nunca, como siempre....
No es fácil entenderse, pero con ese "te amo", se sanjan todas las diferencias y se entrega la vida...