Me siento una persona especial en algunos momentos, única, como cada una de nosotras las mujeres, con mis mas y mis menos, pero capaz de equivocarme y reconocerlo, pero también capaz de estar segura de lo que siento, de lo que quiero y no.
Pensaba en el manto celeste que esta sobre nuestras cabezas, literal, con sus aves volando activamente, y como, si el viento lo permite, ese vuelo se convierte en dejarse llevar. Pensaba, mirando el cielo, en la época del año que nos toca por estos días, algunos calor, otros mas fresco, y cómo tiene que ver este momento, con la reproducción de los animales, y los instintos de los seres vivos.
Pensaba, casi sin querer, en la realidad que nos toca, y cómo, esta realidad, trastoca los planes y los sueños de muchos, y me incluyo... y como, un golpe del destino, cambia todo el presente y futuro de muchísima gente.
Pensaba, con hambre de ser oída, que, qué bueno es que te abracen y te digan que todo va a estar bien, aunque solo sea una caricia en la espalda, que será entendida ...
Pensaba, solo pensaba, y es mucho, mucho mas que hablar, porque el pensamiento puede explayarse sin límites, y los ojos acompañar con el infinito del cielo, y los dedos acompasar la música de jazz, y los tonos del saxo, y sonreír, porque nadie escucha mis cavilaciones, y seguir sonriendo, porque el tiempo es oro cuando me lo dedico, y es oro el tuyo,
porque se que me lo estas dedicando.