miércoles, 24 de octubre de 2018


Hay quien en su andar, vive huyendo de mis palabras, en su negatividad, siempre prefiere pensar que me voy, que me he ido, que desaparezco... pero ya será, cuando muera... y quizás, ni aún asi.

En el camino

Y en este camino que transito, he ido perdiendo de vista muchas personas, con nombres pintorescos con personalidades apasionadas en sus quehaceres, con sus poesías y sus escritos, con sentimientos encontrados y fiebre de locura...
Algunos me han seguido, y ahí es donde pienso que uno nunca desaparece de la vida de alguien si ese alguien te quiere bien, te acepta como eres, aunque no le agrade tu forma de actuar... me reconozco en sus letras, y huyo, porque no es quien debiera, porque sus ademanes no son todo lo que yo esperaba. En la vida, la gente que necesita estar cerca, pero sin manifestar su verdadera idiosincrasia, o su verdadera personalidad, no me llenan el alma de la misma forma en que puede una sonrisa sincera, o unos ojos que miran enojados, o hasta airados, lo que es realidad me atrapa, y lo que vuela a mi alrededor como motas de polvo, con ojos sorprendidos, asombros y sonrisas, me abraza, me inspira a decir, a revelar mis pensamientos mas oscuros, siempre sinceros, verdaderos, pero pensamientos al fin, extraídos por mi lengua de un lugar, donde hasta ahora, solo comparto conmigo misma... y eso, es amor, aunque sea criticado, o mal interpretado, quizás por la crudeza de esa sinceridad, aunque sean dichas con la mayor de la autenticidades, casi siempre sonriendo, y con chispas o lágrimas en los ojos...
Sufro al pensar que alguien pueda pensar en traición, cuando lo que he hecho es resguardar mi pasión por algunas de mis cosas, mis páginas, mis blogs... yo solo vivo, y en ese vivir, va muchas veces el atropello con la realidad que me atolondra, me atropella, pero que casi siempre puedo salvaguardar en un levantarse y seguir a pesar de las críticas... mi vida ha sido asi siempre, las críticas pueden dolerme, pero casi siempre me abrazan y me dan ánimos para seguir adelante, porque nadie está en mis zapatos, nadie maneja mis tiempos, nadie sabe bien como reaccionaré dos segundos después... puede ser en llanto imparable, canto o risa estrambótica.... como en una pintura de los 70, llena de colores fuertes, brillantes, como los colores de un happening, de un abrazo hippie...


Extraños y allegados

Y cuando siento el impulso de escribir, y entro en este espacio magnético y privado, releo los sentimientos del último escrito, y siempre me encuentro con seres amados, con ausencias y desgarros... y me asombro de las palabras, de la sintaxis, de los sinónimos y me descubro como siempre, como la que soy por dentro, y me reencuentro, con este ser que creía haber perdido, en este camino tan lleno de hondonadas, tan mío, tan nuestro, de todos y cada uno de mis sentires, pensamientos, sueños...
Parece que he ido perdiendo seres amorosos y sin embargo, cuando escribo, los reinvento, y aparecen otros, nuevos, que no sabía que estaban, porque están con otros nombres y hasta diría con otras vestimentas, con otros colores, pintados al azar, o no tanto...
Valles y planicies, primaverales, o llenos de hojas de un otoño que no me pertenece, con matices amarillos, o rojizos, amarronados, como en una paleta de pintor. Con una primavera húmeda y fría, con sus altos y bajos... saldando ausencias y lágrimas.