sábado, 5 de enero de 2019

Estela de brillos...

Hoy entiendo que mi voz moleste, mis pensamientos en voz alta están siendo regidores de mi sentimiento, no el de todos.
Hoy me toca escribir, sin preceptos ni prejuicios, no me interesa lo que puedo provocar en alguien en particular... son mis pensamientos, y pueden no estar de acuerdo con ellos, pero si deben ser respetuosos de ellos...
La antigüedad en esta vida, nos permite pensar distinto, pensar siquiera, analizar los pensamientos y sentimientos, y trasladarlos al  papel, o a la pantalla... es mía, y tengo derecho a escribir éstos y otros en ella...  tengo un lugar en mis manos, que los trascriben sin dificultad todavía...
Mientras escucho música, lenta y despacio para no molestar, pienso en voz baja, y ellos, los dedos, transcriben sin errores lo que mi alma va soltando.
No resulta fácil ser aceptada por todas la personas que creen conocerme, pero no importa, nunca me importó demasiado... puedo ser una dama, y tener una delicada manera de pensar, o no... y esto es lo que va soltando... el alma, en silencio...
Esta noche, agua y comida para los camellos y SS.MM. Los Reyes Magos... y con toda su magia, a cada lugar de este universo irán llegando y dejando sueños a cumplir, anhelos y deseos, a los niños y a los que no lo somos tanto... yo creo, he visto su estela de brillos en el aire, y la ilusión no se pierde mientras una persona crea aún en estas fantasías que permanecen en el espíritu y sobrevuelan la cotidianidad y la rutina, para convertirse en camello y Rey Mago, y arribar a los sueños y dejar el regalo deseado, merecido o no, porque por una noche por año, las ilusiones se convierten en realidad, si así puedes verlas....
Felices Reyes!!! 🌟✨✨✨💖✨✨✨🌟

Educar

El sol refleja sus rayos dorados en las rejas de mi ventana, en su andar cálido del despertar.
Estamos casi en el verano, aunque las temperaturas no indiquen que aún no ha llegado...
Estuve reflexionando, como hago casi siempre, en voz alta, para que me escuche el universo y me devuelva conceptos o me rectifique en ellos... y mientras hago que mis entumecidos dedos de la mano se muevan a la fuerza, porque no debo permitir que el dolor me domine, aunque a veces es mas fuerte que yo y por lo menos me sojuzga por momentos, digo mis pensamientos.
De la misma forma que mis articulaciones se endurecen, (duele el movimiento), los valores y las normas se van volviendo rígidas con el paso de los años... y no todas, solo las de educación, y creo que es por falta de movilidad, de enaceitarlas, de compartirlas, de acariciarlas con diálogo, con renovación de vida cercana.
La soledad, la que me acompaña desde siempre, está haciendo mella en mis pensamientos. Me reconozco renuente a los cambios con respecto a la educación, pero porque creo que lo que debe ser de una manera, no puede ser de otra... el saludar cada mañana, el sonreír ante la gente, el trato, la cortesía, el respeto a los mayores por parte de los niños, y por ende de la juventud, y veo con sorpresa por lo menos, que se está tardando en educar a los niños, que el tiempo de enseñar se traslada al futuro, siendo que la educación es necesaria como esa gota de leche que el niño toma del seno de la madre... cada segundo cuenta, cada palabra dicha es escuchada y pasa a formar parte de esa vida que está creciendo...
Quizás me equivoco, pero creo que lo que el niño aprende de muy pequeño, para adelante, forma parte de la calidad de su vida en el futuro.
Y sonrío, porque recuerdo lo mal que me caían las enseñanzas de mi madre, y también creo que lo que me molestaba era el formato de aquellas enseñanzas... mi abuela también me enseñaba, y me trasmitía verdades, pero lo hacía mas holgadamente, con canciones, cuentos o relatos de su niñez, de su relación con la vida, y de esa manera aprendía en base a la comparación...
Y en esto, me parece, que la urgencia y necesidad de educar de los padres, (debería ser la de todos..) se convierte en un amor sin obligaciones, un amor entregado de manera mas tranquila de los abuelos... o por lo menos el tiempo ha desarrollado una imaginación frondosa y suave para que casi todos los abuelos trasmitan sin rigores...


martes, 1 de enero de 2019

Como el mar...

Mirando una bella fotografía donde se ve a mi nieto, sentado en la playa, adentrado en las idas y venidas de un mar calmo, observando las olas que se aproximan leves, lentas, y todo el brillo del reflejo del sol, aquí y allá a lo lejos, amando cada pequeña señal de cielo en él, he comparado la vida de cualquier persona con él, y me incluyo, y es mas, veo la mía...
El mar recibe los rayos del sol, y refleja su luz, brillante, dorada o plateada, según el movimiento, según el viento, o la brisa, y seguro, de acuerdo a los ojos de quien mira, y la benevolencia que inspira el momento...
El mar no solo es eso que se ve, porque si adentramos nuestra cabeza bajo esa masa impresionante de agua azul turquesa, mas clara o mas oscura, según el lugar donde nos encontremos de ella, veremos una vida interior, que también se mueve, y que brilla, y que respira burbujeante, con todos sus seres vivientes, incluidas plantas y unicelulares que no vemos, pero que allí están, dando mas vida a la que ya existe en ese lugar... Y si solo miramos, como si fuera un cristal, observaremos como cada especie trata de sobrevivir de otros seres mas grandes, con mas voracidad, con otros ojos, otra boca, otros intereses...
Lo mismo cada ser humano, si nos detenemos a mirar, no lo superficial, si lo profundo, los sentimientos, que son nuestros seres vivientes de ese mar inconmesurable que es nuestro interior, entonces, y quizás entonces, aproximándonos a cada persona, veremos cual es la realidad.
Cuando el mar está tormentoso, con su violencia externa, en las profundidades, no se ve esa misma violencia, puede haber un movimiento mas notable de las aguas, pero no el golpe del agua en tremendas olas, sino un fluir mas rápido, con una turbulencia que espanta a los peces, porque ellos saben que algo pasa, y a veces se esconden.
Y sin embargo, a nadie se le ocurriría decir que el mar está loco, o que está siendo infiel a nadie, o que los conceptos de esos seres vivos se han trastocado. Es la vida, que se dirige hacia adelante, impulsada por un vendaval, tormenta imparable por el hombre, que arrasa con todo.
Lo mismo una persona, los vientos son las injusticias, o los miedos, o las palabras que no se dicen y se acumulan produciendo dolor, incapacidad de seguir adelante, solo que a veces, esas tormentas son solo internas, del alma, y solo hace falta tiempo, un tiempo que la gente que nos rodea, no siempre es capaz de comprender.
Y a veces tendríamos millones de palabras para decir, y nadie nos escucha, o no nos comprenden, o lo hacen, pero entonces, esas personas, acallan sus propias reacciones, y no nos enteramos.